Cómo puedo ayudar a mi hijo con los deberes

1.- Ayudar a tu hijo a ver los deberes como un reto y una oportunidad. Los deberes que nuestros hijos traen a casa pueden vivirse como una carga o bien como una oportunidad para saber si nuestro hijo ha entendido lo que se explica en clase, como un reto que superar y como una forma de que padres y madres sepamos qué están dando en clase y podamos contribuir a ese aprendizaje e incluso aprender nosotros también con ellos. Cuando el niño tiene un buen día y hace los deberes por su cuenta, se le puede felicitar con un refuerzo positivo.
2.- Recordar que son sus deberes, no los tuyos. No debemos olvidar que la tarea son su responsabilidad, por lo tanto son ellos los que tienen que hacerla y saber cómo realizarlas.
3.- No suplantar el papel del profesor. Si cometen errores, si no entienden algo del ejercicio y no pueden realizarlo, lo mejor sería poder explicárselo nosotros y determinar si realmente ha sido significativo el aprendizaje. De todas maneras, si el problema persiste, no deberemos olvidar que tu papel no es asegurarte de que llevan los deberes perfectos, por eso es es conveniente en este caso, dejar constancia de que se ha intentado hacer, pero el niño no ha sabido hacerlo, para que el profesor pueda nuevamente volver a explicarle la información que le falta. Por último, bajo ningún concepto juzguemos al niño por no entender algo, cada niño aprende a su ritmo. En este caso, se debe buscar otro tipo de soluciones.
4.- Entiéndelo y hazle entender la importancia de hacer la tarea. Hablarle con empatía, resaltando que entendemos que le cuesta, que sabemos que prefiere jugar, pero animándole a demostrarse si es capaz de hacer el ejercicio. Por otro lado, ellos podrán entendernos a nosotros si le explicamos de manera mas sincera posible las repercusiones que tendrá no realizar los ejercicios.
5.- Tener un lugar de estudio elegido. Cuando un niño ya reconoce su lugar de estudio, inmediatamente relaciona ese lugar, que ha de estar limpio, ordenador y preparado con los materiales necesarios, como su zona de concentración. Esto implica para el niño una rutina y una firmeza en el desarrollo de sus actividades.
6.- Que hacer los deberes no se convierta en la guerra diaria. Convertir los deberes en el momento de regañina de cada día, solo hará que el niño por inercia le coja manía a este momento. En su lugar, hazle entender que no realizar la tarea conlleva consecuencias y que tal como tú tienes responsabilidades en casa o en el trabajo, él también las tiene. Evitar el control absoluto y las órdenes, se puede intentar llegar a un acuerdo con el horario de deberes y sus intereses.
7.- Y por último, bajo ningún concepto hacerle los deberes. Aunque se le haya olvidado la tarea y aunque la situación de tira y afloja se mantenga, nunca es buena opción coger el lápiz y hacerle la los ejercicios. No sólo es un acto que muchos profesores captan a la primera, sino que además, haz parado el proceso de aprendizaje de tu hijo, por lo tanto, cabe la posibilidad de que se quede atrás en comparación con sus compañeros; y por otro lado, el niño se acostumbrará y te costará mucho más que vuelva a coger la rutina.
